Cocinar muslos de pollo puede ser complicado, sobre todo si se quiere una piel dorada. Pero una solución sencilla y eficaz puede llevar tu pollo al siguiente nivel. Toma nota de la cocina asiática y prueba a verter agua hirviendo sobre los muslos de pollo antes de cocinarlos para conseguir esa piel crujiente que te hará la boca agua.

Es un truco de cocina bien conocido que hervir carnes como los muslos de pollo ayuda a romper los tejidos conectivos y grasos de la carne. Esto es lo que ocurre a menor escala cuando escaldamos el pollo con agua hirviendo. El uso de esta ayuda a eliminar el exceso de grasa, lo que resulta en una comida más magra; como resultado, se puede obtener el crujido perfecto. El método es sencillo, pero requiere preparación.

Si evitaste usar los muslos de pollo para preparar platos caseros y optaste por el corte más tradicional de las pechugas de pollo, prepárate, porque esta técnica podría cambiar tu forma de disfrutar del pollo. Cuando se preparan, los muslos de pollo son más jugosos, más fáciles de cocinar y tienen una maravillosa capa de piel que puede añadir un nuevo nivel de sabor a la comida.

Para que la piel de los muslos de pollo quede más crujiente, prepáralos en salmuera con sal kosher y mételos en la heladera toda la noche. Esto ayudará a secar la piel. Para obtener mejores resultados, levanta la piel del muslo y añade un poco de sal en medio. Cuando esté listo para cocinar, espolvoree las motas de sal y colóquelos con la piel hacia arriba en una bandeja o una fuente de horno.

Con un hervidor, vierta agua hirviendo sobre la piel, lo que hará que la piel se levante y se encoja un poco de tamaño. Déjalos reposar unos minutos antes de escurrir el agua. Saca los muslos del agua y dales golpecitos con una toalla de papel para eliminar el exceso de humedad. Con un poco de condimento y friéndolos en la sartén, podrás saborear esa piel crujiente.

Si no quieres verter agua hirviendo sobre tus muslos de pollo, puedes probar otros métodos para conseguir esa piel crujiente perfecta. El cocinero Alton Brown recomienda cocinar el pollo al vapor antes de cocinarlo. Aunque su receta fue creada para las alitas de pollo, no hay razón por la que este método no pueda funcionar con los muslos. La cocción al vapor extrae la grasa de la carne, lo que es importante porque la grasa puede ser gomosa. Al cocer al vapor a fuego medio por unos 10 minutos, se reduce la grasa de los muslos de pollo, lo que facilita su fritura. Si tienes poco tiempo, mezcla un poco de bicarbonato y sal para que la piel del pollo quede más crujiente. La mezcla ayuda a secar la capa exterior de la piel al contener la humedad de la carne mediante un proceso de ósmosis.

Además de la preparación que hayas hecho, asegúrate de elegir el método de cocción adecuado que se adapte a tus gustos personales. Si quieres muslos jugosos, prueba meterlos en el horno luego de dorarlos en una sartén. Gracias a su mayor contenido en grasa, los muslos de pollo tienen menos probabilidades de secarse si se cocinan por más tiempo que las pechugas de pollo. La cocción lenta del pollo ayudará a romper parte del tejido conjuntivo, lo que hará que el plato sea más tierno y se desprenda del hueso; pero no proporcionará la piel crujiente que se obtiene a fuego alto.

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