Un año después de obtenido el máximo logro en México, la campeona del mundo pudo sumar el título de campeón de América en casa, pero todo fue un desastre a pesar del favoritismo inicial. Bajas, pésimos rendimientos, derrotas, caos organizacional, canchas semivacías y mucho más, consumaron el desastre. Solo Diego y Cani se salvaron mientras que los uruguayos volvieron a la vida, los chilenos sorprendieron a propios y extraños y Valderrama dio clase. Al menos, Brasil también fue otro fiasco.