A veces el destino tiene extrañas maneras de reunir a dos personas, Rachel y Shane nacieron el mismo día, el mismo año, en la misma ciudad y casi a la misma hora; desde su nacimiento la vida es cómplice de esos pequeños niños nacidos pues nueve años más tarde los volverá a juntar, ambos se harán amigos inseparables, serán confidentes, serán cómplices… y esa amistad crecerá con los años al igual que ellos, Rachel se convertirá en una joven muy bella y muy inteligente pero su belleza permanecerá oculta tras su ridícula vestimenta, hasta que alguien se atreva a descubrirla de verdad; por su parte Shane será un apuesto joven, muy popular en los años de universidad, se dará el lujo de tener a sus pies a las jóvenes más hermosas de todo el condado, y a pesar de sus grandes diferencias ambos mantendrán una amistad intacta al respetar cada uno su forma de ser, pero Rachel guarda celosamente un secreto que al ser revelado cambiara la vida de ambos y se convertirá en larazón más poderosa que los separara.

De aquella amistad pareciera no quedar más que solo un grato recuerdo, pero a veces sucede que la vida tiene para nosotros otros planes, diferentes a los nuestros, y esta vez el destino seguirá siendo su
mejor cómplice, Shane descubrirá un sentimiento en el, que se negaba a aceptar, solo que tal vez cuando lo descubra ya sea demasiado tarde.