Leonard Zelig es un sujeto de origen judío que posee una asombrosa habilidad: puede transformarse en quien quiera. A partir del contacto con otros, este hombre es capaz de tomar parte de los atributos ajenos y hacerlos propios, convirtiéndose así en una suerte de camaleón humano. Ante semejante descubrimiento, la sociedad científica no lo comprende, lo mira de reojo e intenta estudiarlo, mientras que para la opinión general es un fenómeno de circo. En medio de la vorágine de sentencias sinsentido, médicos bravucones y noticias de tinte amarillento entra en la historia la doctora Eudora Fletcher, quien encuentra en Zelig una verdadera oportunidad de cambio y crecimiento para la ciencia. Ella le dedica tiempo, lo estudia e intercambia ideas con él, intentando encontrar las raíces de su tan extraño “don”. Mientras los demás especialistas especulan con teorías de lo más ridículas (tumores, ingestión de comida mexicana, glándulas defectuosas o deformaciones espinales) y los medios lo convierten en un verdadero fenómeno mediático (inclusive le dedican canciones como “Leonard the lizzard” o “doin’ the chameleon”), Eudora llega trabajosa y amorosamente al fondo del asunto: Leonard sólo quiere ser aceptado, querido y convertirse en uno más dentro de la sociedad. Allí radica el epicentro de sus transformaciones, en una profunda soledad cimentada por un pasado tormentoso que ha sido alimentado por una familia desastrosa y el antisemitismo. Y ella intentará curarlo, aunque eso cueste enamorarse perdidamente de él.
“Zelig” es un juego de espejos que se balancea entre los avatares de la identidad judía –dando cuenta de la gran pregunta: ¿Quiénes somos? ¿Cuál es nuestro verdadero lugar en el mundo?– y las terribles grietas que posee la sociedad norteamericana con respecto a la aceptación y la opinión individual. Además, este “mockumentary” pone en evidencia la estupidez masiva y el consumo de las grandes urbes: Leonard pasa de ser un freak a un ídolo, luego es considerado un delincuente y en minutos se convierte en un héroe. Todo es un chisme, una anécdota barata de peluquería que vende, vende y vende. Un día es amado, más tarde odiado, no importa si existen o no las pruebas que validen tal o cual afirmación ya que lo que vale es lo que dicen los periódicos y la TV. ¡La opinión es el verdadero camaleón! ¡La sociedad es el verdadero camaleón! Mientras tanto, el pobre Leonard sufre y nadie piensa en él como persona sino en “la marca” Zelig. Nadie intenta comprender lo que le pasa en el fondo a ese pobre hombre: ¡sólo quiere ser uno más, ser querido y pasar desapercibido!
¿Podrá Eudora salvarlo con su amor incondicional? ¿Podrá Leonard vivir en paz sin que los demás hagan sentencia sobre su persona? En definitiva, ¿podrá la sociedad dejarlo tranquilo y aceptarlo tal cual es?